Es
La
Captura
De
Lo
Sensible
I
Qué triste abandonarse a las buenas costumbres sin saber que se agoniza
Descartar el arder del sol en las pupilas para enceguecer frente a un emperador
Por el pueblo y la patria
Por la Historia
Por la democracia
Qué triste la obediencia a la terminología mortuoria digna de pupitres alineados
con sus verdades insulsas y citas somniferas
A mí sólo me interesan los monumentos si son profanados,
la exaltación cuando es erótica
y los pecados como tesoro
Porque la corrección es muerte con olor a lavandina
Un vidrio botón que ahoga la poesía del hígado
y los labios agresivos.
La mesura se las dejo a uds,
de caparazón uniformado
y torticolís devota
que prefieren la parálisis moral
a la fiesta en el barro.
II
Todavía no me resigno a la alienación total
A retirar sin queja el cuerpo cuando se presenta frágil
A un devenir virtual instantáneo
A convertir lo íntimo en mercancía, lo íntimo en pantalla
Todavía la angustia de todo esto se hace carne
Y entiendo que no se puede continuar con la presencia ininterrumpida
La saturación constante
La lista de reproducción infinita
Que lo público y lo privado no son etiquetas intercambiables
ni son un mismo territorio
Me rehúso a la rendición tan temprana
A que nos cueste tan poco el encierro y de esto no necesitemos vomitar
La indigesta de este nuevo control
Que nuestra única respuesta sea solo producir
Que esto no nos corte la mirada, y si no es esto, ¿qué?
¿ya nos convertimos en ojos de vidrio inafectables?
Ya no sabemos ni llorar,
nada nos atraganta,
solo engranajes.
III
Prefiero ahogarme en la tormenta que subirme a este espectáculo encarnado en el mismo puerto que el Rey
Prefiero la vitalidad de las náuseas a vomitar cadáveres en tierra firme
Perderme entre lo nocivo del veneno, nunca jamás pudrirme en la cura
Tal vez por el vicio del vértigo elijo hundirme con los condenados
Ser la humedad de los techos
El fruto del abandono
La máquina obsoleta.